Cuando vi el trailer de la película Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal en los cines, lo primero que pensé fue que Steven Spielberg había perdido de vista el objetivo de la película. No podía haber estado más equivocado.
Sin duda lo que más me ha gustado de esta cuarta entrega de la saga ha sido que retiene la sensación de todas las anteriores. Spielberg ha logrado que una película moderna como esta mantenga la esencia de una película de los años 80. Los movimientos de cámara, los templos, los efectos especiales, los propios actores… Hasta la música de John Williams mantiene esa sensación de haber retrocedido en el tiempo. Creo que con sólo ver el cartel de la película uno ya recibe ese pasado.
Y es que son los personajes, junto con las trampas ocultas, lo que realmente mantiene atado al espectador durante toda la proyección. Indiana Jones, Marion y el joven Mutt dan vida a sus papeles caracterizándolos en todos sus aspectos. Además, los tres verán una evolución muy progresiva a lo largo de toda la película en la que su comportamiento frente a su alrededor variará.
El otro gran atractivo, las trampas en los templos, es una constante en todas las películas de Indiana Jones. Y en esta película no decepcionan.
En mi opinión, se trata de una gran película que mantiene todo lo que hizo famosas a las anteriores. No añade nada nuevo a la mezcla (salvo unos efectos especiales más logrados), pero sinceramente, no es algo que Indiana Jones necesitara para esta nueva entrega.