Para ser alguien que suele ser muy organizado con sus archivos en el ordenador, he de reconocer que he sido bastante idiota. Así de fácil, no tenía copia de seguridad.
Bueno, realmente sí que la tenía, pero por falta de espacio en mi disco duro externo la última copia no se realizó bien, yo no me fijé en ello, y se quedó en nada.
Un par de días más tarde mi ordenador dejó de funcionar.
El disco duro tenía un defecto y cada vez que intentaba leer el sector dañado, se bloqueaba. Además las aplicaciones para recuperar el disco no lograban nada y en vez parecían dañarlo todavía más. A esto hay que añadirle que mi teléfono HTC Diamond también se había estropeado y lo tuve que enviar a reparar… Un daño tras otro.
Y yo mientras tanto sin copia de seguridad.
Menos mal que gracias a Juan Carlos Sánchez (compañero de Méjico en la Universidad de North Texas), que me recomendó una aplicación, pude recuperar la mayoría de mis documentos. Casi 200 gigas de fotos, videos y otros archivos de toda mi vida.
Ahora el servicio de reparación me ha avisado de que, en efecto, el disco duro está totalmente dañado (y el portátil sólo tiene dos meses y medio de vida). En dos semanas me lo devolverán con un disco nuevo. Mientras tanto, paso de usar éste portátil…
… a usar este otro…
Es un viejo VAIO FZ que tenía desde hace ya 3 años y que por problemas de sobrecalentamiento de la tarjeta gráfica (NVidia tuvo graves problemas aquel año con defectos de ese tipo) lo había llevado a reparar. Después se lo quedó mi hermana.
Ahora lo tengo con Windows 7, y aunque sigue funcionando de maravilla, no es nada comparado con lo que tenía.
Eso sí, ahora tengo una copia de seguridad programada semanalmente en un disco duro externo aparte de 500 gigas.
Y para que la gente se de cuenta de la importancia de tener copias de seguridad he escrito un nuevo artículo en Tecnomanía para la Voz de América.
Ahí lo tenéis:
Pero ahora la televisión se encuentra en un momento peliagudo. De la misma manera que los periódicos están perdiendo sus ventas a causa de internet, las compañías de televisión de Estados Unidos presienten que lo mismo está por ocurrir con sus empresas.
