La universidad ha terminado.
Sí, esos cuatro años de carrera han llegado a su fin y ahora me toca buscarme la vida. ¿Tengo claro lo que voy a hacer ahora? No. ¿Tengo alguna idea de por dónde tiraré a continuación? Por supuesto que sí. Ahora el problema está en conseguir que una de esas ideas se cumpla.
Pero por el momento con calma. Antes que quedarme quieto en casa sin hacer nada durante el verano prefiero tomarme unas vacaciones en las que tenga que trabajar.
Y por eso este verano ya tengo un trabajo bastante interesante (además de mis publicaciones semanales en la Voz de América). Me marcho como monitor de campamentos en Estados Unidos. En concreto a Frost Valley, un lugar al que ya fui hace 8 años. Ahora repetiré la experiencia pero desde el punto de vista de un monitor.
Y además llevaré a un grupo de jóvenes españoles para que aprendan inglés al mismo tiempo que se lo pasan bien. No hay nada mejor para aprender un idioma que realizar actividades con más chavales de la misma edad en otro país.
Mi cabaña en Frost Valley en el año 2002, con Alex Bill, Henry Fandel, Philip Fande, Ian Woods y sobre todo los monitores Thomas Wahlgren y Ryan Petch.
Yo desde luego aún recuerdo los geniales momentos del campamento. Las risas con nuestro lipdub de “Un mundo ideal” de Aladdin, la tirolina en medio del bosque, la celebración del 4 de julio… y sobre todo los viejos amigos con los que todavía guardo el contacto después de tantos años.
El lago central del campamento Frost Valley.
Ahora me toca darle a los españoles que viajan este verano conmigo la oportunidad de disfrutar tanto como lo hice yo. El 26 de junio me junto con ellos en Madrid. Y si por casualidad alguno de ellos leyera esto antes del viaje, ¡ánimo que os lo vais a pasar bien!